El dia de la bestia.

Era otro día normal de domingo, bueno si lo puedo llamar normal.

Jaimito sabia que entre las 2:30 y las 4:00 algo no tan inesperado pasaría, pero él estaba tranquilo, sabía que algo se le ocurriría, ademas, todavía eran las 10:30.

Paso media hora y a Jaimito ya le había dado tiempo a imaginarse que era lo que le podía pasar, entre sus mucha ideas estaban que viniera el hombre del saco y le raptase, llegara el protagonista de saw con su mascara y su motosierra y le hiciera cachitos muy pequeños y su ultima y mas macabra idea, que llegara el cantante de la Polla Record (Evaristo) con una gran picadora, metiera a Jaimito en ella y le diera al botón de "PICAR" mientras cantaba a grito pelado "CARNE PÁ LA PICADORA" 

La verdad es que la opción que mas le llamaba la atención era la de Evaristo, porque por lo menos en su acto de muerte escucharía una de canciones favoritas.

Lo siento entre tanta explicación se me ha olvidado describiros a Jaimito, hay va:

mide mas o menos 1´60 y es flacucho, no tiene el pelo ni corto ni largo y bastante despeinado, suele vestir con vaqueros anchos y camisetas lisas de distintos colores, tienes los ojos claros y es moreno de piel.

Es asmático y un poco neurótico, vive con su abuela y con su madre y al parecer lo que mas le molesta es que le cuenten chistes de "jaimito" cosa que los niños de su clase hacen continuamente.

Tiene una gran obsesión con Bob Marley  y con el Che Guevara.

Bueno pues ese es Jaimito a lo que íbamos.

A todo esto ya son la 11:00 y como aun no a pasado nada Jaimito decide sumergirse como cada mañana en su habitación a escuchar reagge y desconectar.

11:15 Jaimito se cansa de bailar reagge y se queda dormido.

12:30 Jaimito sigue sopa, sin noticias del acontecimiento ( a eso le llamo yo una buena siesta de media mañana ).

2:00 Jaimito sigue dormido.

Madre de Jaimito -¡Jaimitoo! baja a ayudar a poner la mesa-

Jaimito se despierta - ¡ya bajoo!

cabeza de Jaimito -Mierda  me e dormido y tan solo queda media hora ¿qué hago? ¿qué hago? pues guardar la calma, baja y ayuda.

2:03 Clap Clap Clap (Jaimito baja las escaleras).

2:16 Jaimito ayuda a su madre a poner la mesa.

2:29 Cabeza de Jaimito -ooh solo queda un minuto y ya estamos comiendo ¿qué hago?

Madre de jaimito -hijo ve a por la sal a la cocina-

2:30 Jaimito va se tropieza y se hace un chichón.

                                                         FIN

Alicia en el país de las pesadillas.

Esto empezó siendo un simple trabajo de clase en que nos pedían escribir una historia similar a la de Alicia en el país de las maravillas, bueno esto fue lo que me salio y me pareció curioso. Que la disfrutéis.

Era otra aburrida mañana de verano. Ion salió a su expedición diaria en el jardín de su casa cuando de repente tropezó y cayó a, un surco que no recordaba que estuviera allí. Mientras intentaba descubrir la existencia de ese surco no se había percatado de que estaba cayendo, caía y caía y en ese mismo instante como de la nada apareció una mujercilla con el pelo canoso y  muy alborotado.

-Hola- dijo la mujercilla- tu debes de ser Ion ¿no?

-sí,- respondió Ion anonadado- y tu eres...

-!Manuela¡- dijo la mujercilla- me llamo manuela.

-Oye, ¿tu me podrías decir a donde lleva este pozo sin fondo?- pregunto intrigado, por que a todo esto, ellos seguían cayendo.

-No, nadie lo sabe. ¿tu eres nuevo en esto no?

-S...

-¡Me lo suponía!-dijo Manuela sin dejar terminar a Ion- ¿Tu vienes del mundo extintor no?

-¡Querraas decir del mundo exterior!- dijo ion muy sorprendido.

-No, lo que quería decir era del mundo extintor. 

-Bueno pues lo que tú digas- dijo Ion bastante enfadado, por que lo que más odiaba en el mundo era que le llevasen la contraria.

Como por arte de magia y junto a las típicas miles de chispitas Manuela desapareció y en su lugar apareció un precioso gato siamés de ojos color miel y pelo negro que no paraba de repetir una y otra vez lo mismo:

Tres tristes trigos comen tigres en un trigal, un trigo, dos trigos, tres trigos...

Después de tanta paranolla Ion prefirió cerrar los ojos y no pensar en nada.